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En tan vasto Universo… ¡No estamos solos!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en otras formas de vida    ~    Comentarios Comments (5)

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Lo cierto es que sólo conocemos las formas de vida que han poblado la Tierra y, no tenemos ninguna muestra de la vida extraterrestre. No podemos ni afirmar ni negar que criaturas podrán estar presentes en otros mundos y, podrían existir planetas enormes habitados por insectos enormes, o, también, planetas con varios soles que estuviera habitado por criaturas de piel blanca, o por aniamles gigantes, o… ¡Por quién sabe qué!

Pensar que estamos solos en el Universo “infinito”, es demasiado pretencioso y no creo que seámos “la especie elegida” ni nada parecido. En cientos de miles de mundos como el nuestro y parecidos, estarán presentes las más diversas criaturas que, en algunos casos tendrán entendimiento y en otros, como pasa en la Tierra, simplemente serán seres vivos vegetativos sin ninguna clase de conciencia, o, con una conciencia limitada.

Poco esfuerzo mental tendriamos que hacer para vernos en ellos reflejados

Una característica sorprendente de nuestro retrato reconstruido del antepasado primitivo es su carácter moderno. Si este organismo lo encontráramos hoy, seguramente no delataría su inmensa antigüedad, excepto por sus secuencias de DNA. Tuvo que estar precedido, necesariamente, por formas más rudimentarias, estadios intermedios en la génesis de sistemas estructurales, metabólicos, energéticos y genéticos complejos que son compartidos por todos los seres vivos de hoy en día. Por desgracia, tales formas no han dejado descendientes igualmente primitivos que permitan su caracterización. carencia complica mucho el problema del origen de la vida.

La Tierra nació hace unos 4.550 millones de años. Se condensó, junto con los otros planetas del sistema solar, en un disco de gas y polvo que giraba alrededor de una joven estrella que iba a convertirse en nuestro Sol. Fenómenos de violencia extrema,  incompatible con el mantenimiento de ningún de vida, rodearon este nacimiento. Durante al menos quinientos millones de años, cometas y asteroides sacudieron la Tierra en formación, con lo que la hicieron incapaz de albergar vida durante todo este tiempo. Algunos impactos pudieron haber sido incluso suficientemente violentos como para producir la pérdida de toda agua terrestre por vaporización, después de lo cual los océanos se habrían vuelto a llenar con agua aportada por cometas. Según esta versión de  los acontecimientos, los océanos actuales de remontarían a la última oleada de bombardeo cometario intenso, que los expertos creen que tuvo lugar hace unos cuatro mil millones de años. Existen señales de que había vida en la Tierra poco después de que dichos cataclismos llegaran a su fin.

El tiempo inexorable no deja de transcurrir, el Universo dinámico hace que todo lo que contiene, sobre todo la materia, evolucione desde formas simples a complejas y, en algunos lugares que han logrado tener las para ello, puede estar presente la vida. Nosotros, seres evolucionados a partir de la matería inerte creada en las estrellas, hemos logrado saber algunas cosas y no dejamos de hacernos preguntas como aquella de: ¿Habrá otros mundos? ¿Estarán, como la Tierra, llenos de vida? Bueno, lo de los mundos sí hemos sido capaces de saberlo y estarán muy cerca del millar los mundos que hemos descubierto. Sin embargo, la vida, sólo la hemos podido encontrar aquí en nuestra casa, en la Tierra.

No dejamos de mandar ingenios espaciales a mundos cercanos, como Marte, para tratar de saber. Nos embarga una ilusión, una esperanza, y…, al mismo tiempo, un temor: ¿Estaremos sólos? Y, si no lo estamos, ¿cómo serán esos otros mundos y que criaturas lo habitan? ¿Si alguna vez llegamos allí, seremos tan destructivos como lo hemos sido aquí en la Tierra? ¿Le querremos quitar lo que ellos tienen? ¡Esperémos que no! Y, sobre todo, en ese primer , ¿Sabremos comportarnos y respetar sus derechos?

Imagen de la película Avatar.  (Ver ficha)

Cuando pude ver la película Avatar, que´de fascinado por el mundo que allí quedaba escenificado y las criaturas que lo poblaban, y, sobre todo, era sobrecogedor el alto grado espiritual que tenían de la Naturaleza con la que se sentían en comunidad, formaban una simbiosis perfecta que nosotros, los humanos, nunca podremos alcanzar.

Hemos sabido recrear historias de esos mundos presentidos y de sus habitantes. En ellas, han quedado reflejados los instintos humanos, tantos los buenos como los malos y, mientras que unos querían preservar aquella Naturaleza, otros, sin embargo, querían destriuirla apoderarse de sus preciados tesoros. ¡La condición Humana! ¿Estamos acaso destinados al desacuerdo que nos lleve a la destrucción, o, por el contrario, es precisamente esa condición la que nos llevará lejos?

       La belleza que se describe en el mundo llamado “Pandora” también está aquí pero, ¡no sabemos cuidarla!

Fascinantes criaturas de exóticas bellezas nos podrían estar esperando, en un futuro lejano, en esos mundos soñados que tantas veces hemos podido imaginar. Es difícil saber qué comportamiento tendremos con ellos si eso llega a sucecder, sin embargo, el ejemplo que nos deja la película a la que pertene la imagen de arriba, no es muy alentador ni dice mucho en de nuestra especie que, irrumpimos por la fuerza en un planeta extraño y, violando todas las reglas, pasamos por encima de los derechos de otros para conseguir nuestros objetivos. ¿La Civilización que ocupa el planeta? ¿Qué importa? Si hay que destruirla, ¡adelante!

La fuerza bruta que siempre acompañó a la falta de inteligencia, es la única salida para seres  de cuya racionalidad podríamos dudar,  sin el menor temor a equivocarnos. Destruir nunca será el camino más conveniente. Creo que sería aconsejable guiarse por ese principio de la física, la causalidad. Si respetamos seremos respetados. Sobre todo, no podemos llegar a nuevos lugares pretendiendo imponer nuestras costumbres y nuestras reglas. En esos otros lugares donde posiblemente  existan seres que tienen su propia de vivir, se impone, sobre todo, que supeditemos nuestro comportamiento a su propias reglas a su propio mundo. Los extraños allí seremos nosotros. Ellos,  los seres de la hisotira, a diferencia de nuestra Civilización Terrestre, sí han sabido convivir con su entorno, han creado una especie de simbiosis que une a todos los seres de aquel fascionante mundo, sean seres racionales o plantas, hasta el punto de poder comunicarse entre ellos en un alto grado de compenetración que va mucho más allá de lo físico.

No siempre somos conscientes de que nuestra simbiosis con el mundo que habitamos es grande, de él dependemos para seguir aquí

En esos otros Mundos pueden estar presentes seres maravillosos que han optado por otras maneras de vivir, más cercana y conectados con la Naturaleza a la que respetan y comprenden al ser conscientes de que ellos mismos, forman de ella que es algo que, los humanos no han acabado de comprender y, se comportan como si la Tierra fuera un simple instrumento a su servicio, sin ser conscientes que tal comportamiento, los puede llevar a la extinción de la especie.

Las montañas, los árboles, los ríos y el viento, todo bañado por la luz y el calor de esa estrella que nos alumbra, forman un todo que mantiene el equilibrio que hace posible la vida. Si alguno de esos parámetros se viera alterado seriamente… ¡Mal nos iría! Y, sin embargo, algunos se empeñan en no ver lo evidente.

Imagen de la película Avatar.  (Ver ficha)

Si algún día conseguimos llegar a otros mundos y en ellos encontramos a criaturas vivas más o mneos evolucionadas, lo conveniente sería respetarlos y, dentro de lo posible, aprender de ellos procurando alterar lo menos posible lo que allí nos encontremos y, si tienen algo que nosotros necesitamos, hacer un intercambio justo olvidándonos de la fuerza bruta que conlleva la destrucción irreparable.

La historia que nos cuentan en esa maravillosa película, , desde el principio nos pone a favor de los habitantes de aquel Mundo agredido y de sus habitantes, hasta tal punto es así que muchos de los terrestres que visitan aquél planeta, no dudan, en dar sus propias vidas por preservar aquel entorno, para nosotros de fantasía y que para aquellos seres tan especiales que han sido capaces de convivir con su mundo y “hablar” con él, demostrando de alguna manera que, son mucho mñás civilizados que nosotros. Cuando ví aquella película… ¡Qué envidia me dieron!

Utilizar lo que la Naturaleza les ofrecía sin dañar, no coger más de lo estrictamente necesario para vivir, respetando las otras formas de vida del planeta y dejando que el ritmo de la Naturalerza sea el que desarrolle las cosas, sin agredir el entorno y dejando que cada cosa ocupe su lugar sin tratar de violentar, de alguna manera, su desarrollo natural.

Si el caso llega, tendremos que aprender a mirar más allá de la superficie, a entender los mensajes que nos envían la mirada de esos nuevos y exóticos seres y, sobre todo, tratar de comprender su mundo, sus maneras para poder respetarlas y hacernos acreedores, nosotros también, a su respeto.

                                           ¡Quién pudiera ser uno de los afortunados que, en el futuro, visitarán algunos de esos Mundos!

Nos quedan muchos muros por derribar, muchas puertas que abrir para las que aún no poseemos las llaven, y, sobre todo, para que cuando eso llegue y sea una realidad (esperemos que así sea), lo más importante: ¡Que hayamos podido evolucionar hasta ese deseado estadio de sabiduría que ahora no tenemos! De todas las maneras, no me gustaría que ese primer encuentro se produjera aquí en la Tierra. Es preferible que los visitantes seámos nosotros y, como antes digo, espero que para entonces, la Humanidad sea otra.

Claro que, también podríamos toparnos con civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra y, en ese caso… ¡La desventaja sería nuestra! Siempre hemos oído decir que no debemos hacer a otros lo que no queremos que nos hagan a nosotros y, si respetamos esa máxima… ¡Todo podrá ir mejor! El presente es el que tenemos y no sabemos lo que nos depara el futuro pero, una cosa es bien cierta: ¡No dejamos de avanzar! Cada día que pasa damos un paso hacia ese futuro que presentimos y estamos más cerca de saber… ¡Si realmente, como pensamos, estamos miuy bien acompañados en este inmenso Universo nuestro! Y, digo en éste universo nuestro porque, en realidad, pienso que tampoco es, el único Universo.

emilio silvera

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 20 de noviembre del 2014 a las 8:44

    La Vida en el Universo, por mucho que nos podamos empeñar en negarlo, debe estar por todas partes y, según yo creo, pese a su diversidad que podría ser inimaginable para nosotros en no pocos casos, lo cierto es que debe estar, como en nuestro planeta, basada en el Carbono, el elemento más idóneo para ello por sus especiales características que no están presentes en otros elementos.
    En galaxias lejanas de cientos de miles de millones de estrellas y en otras de menor volumen pero no por ello menos interesantes, existen extraños mundos que, aunque diferentes al nuestro, también viven y se nutren de la radiación y la luz estelar que les llega. Unos tienen soles azules y otros blancos, también los hay amarillos como el nuestro y muchos de ellos son rojos. Cada una de esas estrellas, configuran el color de sus respectivos mundos y los hace de color mortecino, de un azulado brillante o incluso, en ocasiones, de un color que influye en la atmósfera del planeta hasta hacerlo parecer de sangre. También los hay, como el nuestro, son luminosos y están alumbrados por estrellas blanco-azuladas que le dan un tono de exquisita presencia.
    En todas partes del universo rigen las mismas leyes y, en todos los lugares y regiones ocurren los mismos fenómenos y se repiten ,os hechos una y otra vez. Las estrellas han necesitado miles de millones de años para poder “fabricar” los elementos necesarios para que la vida pudiera surgir, para que se constituyera el protoplasma vivo del que surgió aquella primera célula replicante que comenzó la aventura de la vida en nuestro planeta y… ¡Seguramente en miuchos otros, en nuestra propia Galaxia y en otras muchas!
    No todos los planetas que alberguen alguna clase de vida, ni en nuestra Galaxia ni en otras lejanas, tienen que ser como la Tierra. Existen planetas en los que se nos encogería el corazón por su aspectos terrorífico y de inabitable naturaleza, mientras que otros, nos parecerían una fantasía sacada de esos cuentos de hadas que de ñinos podíamos leer, tal es su belleza natural. En la Tierra tenemos muchos de lugares que hacen honor a ese pensamiento.
     

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  2. 2
    kike
    el 20 de noviembre del 2014 a las 21:22

    La vida es posible que sea un milagro; pero cuando ese milagro se produce, creo que no hay duda que nada puede pararla; con un mandato genético imborrable e indestructible, intenta de cualquier forma propagarse y perpetuarse a través de diferentes mecanismos,  y ¡vaya si lo consigue!.

     De hecho, la vida demuestra ser en el fondo más dura que el hierro; más duradera que los planetas; más versátil que el agua; vamos que una vez producida pienso que nada se le puede oponer. No importa que su medio se destruya; posiblemente muchos cometas vagantes por el espacio puedan ser restos de planetas que contuvieron vida alguna vez, y aunque sea en un minúsculo trozo de hielo y silicatos, hayan logrado sobrevivir y permanecer latentes hasta encontrar otras condiciones idóneas; en realidad el paso del tiempo es algo relativo a ciertos microorganismos como ya sabemos, que son capaces de permanecer  en un estado de semi-vida durante millones de años. 

     Es tan fuerte la vida una vez producida, que algunas veces da miedo…… 

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    • 2.1
      emilio silvera
      el 21 de noviembre del 2014 a las 6:16

      ¡Cierto! La vida, por la experiencia que aquí en nuestro planeta tenemos, está por todas partes y en todos los estados sobreviviendo haciendo uso de metabolismos que ni podíamos imaginar. Pequeños seres que se alimentan de cianuro o de sal, que viven en ecosistemas imposibles, como los microorganismos llamados quimiolitotrofos (literalmente ‘comepiedras), que no necesitan materia orgánica. Pueden crecer oxidando minerales, es decir, materia inorgánica.
      Acodémonos de Río Tinto que se ganó hace pocos años su fama internacional. El robot Opportunity de la NASA encontró en Marte un mineral denominado jarosita. Se trata de un sulfato de hierro, potasio y sodio que sólo se sintetiza si hay agua (debe ser agua ácida y cargada de metales). El hecho de que Río Tinto fuera muy rico en jarosita despertó la atención de los científicos de la NASA, que comenzaron a desarrollar proyectos de investigación en esta zona.
      Las aguas del río tienen una química muy compleja y a pesar de que es un ambiente extremo, en ellas viven representantes de todas las ramas del árbol de la vida: “Se pensaba que era un río sin vida pero hay una diversidad tremenda”, explicaron los expertos en su momento. Se encontraron bacterias, más de mil hongos, etc. Lo que no hay son peces. Hay animales pero son unicelulares o pluricelulares: Tiene un pH muy ácido y teóricamente en este tipo de ambientes hay poca diversidad.
      Asimismo, a pocos centímetros de profundidad no hay oxígeno y las bacterias que se desarrollan tienen la capacidad de respirar férrico. Por eso, el color cambia en esa zona y es azulado o transparente.
      Existen otros análogos marcianos en Europa y el norte de África. En el norte de Túnez, en Rusia, en Noruega, en Marruecos. En España hay también una laguna salina. La laguna de Tirez, situada en localidad de Villacañas (Toledo) también se considera análogo marciano.
      No digamos de los extraños animalucos vivientes en los húmeros negros de los fondos marinos y otros que viven y se mantienen haciendo honor a su nombre de extremófilos. Só, amigo Kike, en cualquier lugar inimaginable puede estar presente la vida y, aquí en la Tierra (según los fósiles hallados en las rocas más antiguas), apareció hace ya unos 3.800 millones de años. ¿Por qué no habría de ocurrir lo mismo en planetas similares al nuestro de los que, sólo en nuestra Galaxia hay muchos millones?
      ¡La Vida es imparable!
      Un saludo cordial.
       
       

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  3. 3
    kike
    el 22 de noviembre del 2014 a las 1:37

    Y encima amigo Emilio;  en relación a tu anterior comentario sobre la tremenda diversidad que puede producir la vida, creo que para estar convencido de ello y además, hasta el máximo extremo posible, únicamente nos bastaría con ver y pensar (muy poquito) en la infinidad de formas que adopta la biología. Para todo tiene respuesta; pero no una respuesta cualquiera, no, una respuesta siempre inteligente; tanto que nos muestra una belleza, una perfección muy difícil de comprender. Da igual si se trata de un desierto; de una alta montaña nevada; de una selva tropical donde la luz se convierte en una competición a vida o muerte; o de una llanura, sabana, estepa; glaciar, ríos,(incluido el bastante peculiar de Riotinto de tu tierra);  lagunas, mares y sobre todo en los océanos. Ahí creo que demuestra  esa cosa tan extraña(por su inteligencia) que es la naturaleza; tanto es así que  es capaz de llegar sobre todo en esos grandes mares a su más grande esplendor conocido; multitud de formas, colores, tamaños y medios compiten por sobrevivir, y  no sabríamos decir cual es la idea más ingeniosa para poder medrar y alcanzar el fin último de las especies, su perpetuación. 

     Algunos seres del reino animal asemejan ser vegetales o minerales; algunos vegetales aparentan ser animales o también minerales; existen multitudes de especies y morfologías, perfectamente adaptadas al medio son capaces de vencer la manifiesta hostilidad del entorno y crecer, procrear y crear descendencia una y otra vez. Como botón de muestra podríamos poner a esos inteligentes peces que consiguen su presa….¡Pescando!

      Toda esa casi infinita diversidad biológica(y no he querido comentar sobre los vegetales porque sería aún más largo), resulta que ocurre únicamente en un pequeño planeta rocoso situado cerca de una ordinaria estrella amarilla;  ordinaria por su tamaño, edad y composición; con la única pequeña diferencia respecto a la mayoría consistente en no tener una binaria a su lado; situado en unos de los (4 o más brazos) de una galaxia espiral de un tamaño también medio,(pese a sus 150 mil millones de soles), que forma parte de un modesto conjunto de galaxias denominado “Grupo Local”, que a su vez pertenece a otros grupos cada vez más grandes, todos los cuales se dirigen hacia una zona mucho más grande y masiva que todo lo conocido, llamada “Gran atractor”; y hasta ahí parece que algo sabemos; todo lo demás son conjeturas, por lo que no sería nada raro que los tamaños continuaran agrandándose hasta……

     Perdón por la paliza, pero querría dejar algo claro: , que si en un lugar tan pequeño como nuestro planeta existe esa enormidad en cantidad y morfología de vida, qué no existirá en tan vastos lugares como, no en todo el universo, bastaría con decir,  en nuestra galaxia (universo-isla)

     La pena es que son tan grandes las distancias a salvar, que pese a que muy posiblemente exista vida en multitud de lugares en el universo, quizás nunca podamos constatarlo, y nos quedemos siempre con esa tremenda duda ……

     Un abrazo a Maese y saludos a los navegantes. 

    Responder
    • 3.1
      Emilio Silvera
      el 22 de noviembre del 2014 a las 8:13

      Amigo Kike, lo explicas bien y, como hicieron los griegos en su momento, empleas la lógica para exponer la posible realidad de que, por esos otros mundos, La Vida, podría estar presente con la misma diversidad que en el nuestro. La Naturaleza es como dices, una maravilla de recursos sin fin y cuando los podemos contemplar, cuando descubrimos todo lo que es capaz xe hacer, sólo nos queda asombrarnos, maravillarnos de tales proezas inimaginables antes de ser testigos de ellas.

      Como decir “imposible” me cuesta trabajo, toda vez que mirando hacia atrás en el tiempo, veo todas aquellas antiguas civilizaciones que, empezando de la nada, consiguieron desvelar secretos de la Naturaleza casi sin medios para ello, y, también, pudieron inventar cosas ingeniosas que les permitió avanzar y, paso a paso, llegamos hasta el momento presente en el que, aunque con muchas carencias e ignorantes ante los muchos secretos que la Naturaleza esconde, al paso que vamos, no parece que sigan siendo secretos para siempre, nuestra pertinaz insistencia en saber, nuestra curiosidad y nuestra inemnsa imaginación nos llevará hacia esos conocimientos que nos permita, en el futuro, incluso llegar tan lejos que (eso espero), haga posible visitar a esos otros mundos que, probablemente, también, como la Tierra, estén llenos y palpitantes de Vida.

      La Vida, amigo Kike, es imparable en el Universo y, como nos dijo Darwin, puede surgir de cualquier charca de agua y barro caliente, toda vez que las estrellas “fabricaron los materiales necresarios para que esa “proeza” inclreible de pasar desde la materia “inerte” hasta los pensamientos… ¡Sea posible en el Universo!

      Muchas veces se ha dicho aquí que en el Universo no existen lugares privilegiados, tú mismo has mencionado que en un pequeño planeta rocosa con abundancia de agua (como existirán miles de millones por todas las galaxias del Universo), calentado por una estrella ordinaria de la clase G2V amarilla, de las que también cualquier galaxia está llena de ellas, la vida surgió y, de la misma manera, podrá haber pasado en los otros lugares que, en similares situaciones… ¡La Vida se abrió paso!

      Tendremos que convenir finalmente que la vida, como las estrellas, las nebulosas y las galaxias, son un elemento más del Universo… ¡El que piensa! Claro que, sólo en el caso de que su evolución alcanzara la consciencia.

      Un abrazo amigo mío.

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