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¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué nos comportamos así?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Humanidad    ~    Comentarios Comments (5)

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Si miramos hacia atrás en el Tiempo, si repasamos la Historia de la Humanidad, podremos ver que a lo largo de toda ella los seres humanos hemos tenido que trabajar duramente para poder satisfacer nuestras necesidades materiales. En los primeros milenios de esa larga andadura, no éramos muy conscientes de ello, simplemente actuábamos guiados por la necesidad y la intuición, el instinto. Sin embargo, pasaron los años y evolucionamos hasta el punto de que fuímos conscientes de que, además de buscar soluciones a los problemas, había “algo más”.

El Tiempo inexorable pasó y las mentes de aquellos seres primitivos crecieron para llegar a ser conscientes de que, “ese algo más” estaba presente en ellos y era diferente a la necesidad de comer o dormir, o, de cualquiera de las funciones físicas que el cuerpo les exigia. ¿Que podría ser “ese algo más” que, desde entonces ha sido  inseparable compañero de los pensamientos del ser Humano. Esa consciencia nos llevó a preguntarnos por el sentido de la Vida. ¿Quiénes éramos? ¿Quién soy como individuo?

El hombre filósofo ha pensado en ello profundamente y, aunque ha dado algunas respuestas, ninguna ha llegado a ser satisfactoria ni ha llenado ese vacío que todos llevamos dentro, en el que se esconde un “ente” desconocido y misterioso que no sabemos quien es, y, lo paradógico es que resulta que somos nosotros mismos, nuestro YO desconocido que, residiendo en nuestro interios, no se deja “ver” del todo y esconde celosamente secretos que, siendo nuestros, no podemos desvelar.

Antes habiendo nombrado el largo camino recorrido por la Humanidad, en el camino, hemos tenido que soportar grandes sufrimientos y dolor, algunos esporádicos momentos de efímera felicidad, nos hemos topado con el bien y con el mal y, también, hemos podido conocer dónde está la inteligencia y la más ciega ignorancia, hemos sabido de la irreversibilidad de la muerte como último viaje y, sin embargo, algo nos dice que puede haber mucho más.

La Ciencia nos dice que más allá de la muerte no habrá nada y que, lo que somos ha quedado aquí, plasmado en nuestros descendientes que seguirán el camino con las experiencias pasadas, la historia aprendida, lo que de sus propias vidas puedan obtener y al compás que marquen los avances tecnológicos de su tiempo. Tendrán, como todos hemos tenido, momento felices y amargos, y, para conseguir objetivos la herramienta será el duro trabajo y la inteligencia que cada cual posea.

Preguntar dónde reside la auténtica felicidad no puede dar como resultado una respuesta general, toda vez que, cada cual, tiene su propio concepto de lo que es la felicidad y, lo que para unos es más que suficiente, para otros no es nada. Lo cierto es que, según los grandes maestros filósofos del mundo, la felicidad reside en las pequeñas cosas: Esa sonrisa del niño, ver a la familia unidad y en armonía, conseguir los logros propuestos, una taza de café en buena compañía, una caricia, una mirada… ¡Son tantas las pequeñas cosas que nos proporcionan felicidad!

                                                 Si miramos en el pasado, algunas de las respuestas que buscamos podríamos encontrar, pero…

                Si miramos el , nada de lo que buscamos estaría allí

Debemos mirar mejor… ¡Dentro de nosotros mismos! Que siendo como somos Naturaleza, tenemos todas las respuestas y, para llegar a ellas tendremos que avanzar en la evolución del Ser que llevamos dentro y que, estándo conectado con el Universo, forma parte de él. En nuestras mentes está escrito todo aquello que queremos y necesitamos saber: ¿Quiénes somos? ¿Hacia donde vamos? ¿Si la muerte es el último camino o hay más después de ella? ?Por qué tenemos que sufrir dolor? ¿Si vale la pena tan largo y doloroso recorrido? Y, sobre todo, podríamos saber si alguna vez, finalizará ese largo proceso de humanización que nos hace Ser y Sentir, nos posibilita ver más allá de lo que nuestros ojos desnudos nos pueden permitir.

Particularmente tengo la impresión de que en pleno siglo XXI, la Humanidad está más perdida que la Atlantida, aquella mítica ciudad, aquel Imperio de sabiduría y riqueza que nunca pudimos encontrar  y que, según las leyendas, nos hablan de grandes Tesoros y de grandes conocimientos. Se dice:

“Que era una tierra ubérrima, bendecida por una vegetación exuberante y por la existencia de valiosos yacimientos minerales, entre ellos los de plata y de oro. Su pueblo gozaba de un alto nivel científico y cultural. En el mismo de ese reino isleño, sobre la cima de una pequeña colina, se ataban un palacio y un templo, en torno a los cuales se extendía la gran dad, que media 19 kilómetros de largo. Alrededor de la colina, un amplio o —en realidad, un canal— permitía el paso de barcos de vela. Alrededor de urbe, otras vías de agua formaban círculos concéntricos; el canal que rodeada la ciudadela se comunicaba con el mar abierto a través de un amplio sistema de muelles y puertos, que exportaban los valiosos productos del país a todo mundo conocido entonces. “

 

Si miramos a nuestro alrededor, si vemos lo que tenemos que estar soportando, si nos fijamos en la involución que a pesar de todo estamos padeciendo, podríamos sentir nostalgia de aquellos Tiempos pasados en los que, la Humanidad, a pesar de no conocer la Mecánica cuántica ni la Relatividad General, no tenía problemas de paro ni tampoco se producían desahucios que, de alguna manera, vienen a denigrarnos y resulta ser la mayor humillación por la que pasar pueda un ser Humano. No tener un trabajo es denigrante, no tener una vivienda digna es bochornoso. ¿Cómo hemos podido retroceder tanto?

No debemos consentir que nos quiten la dignidad, ese don tan preciado del Ser Humano que la hace no avergonzarse de sí mismo. Un hombre tiene que poder mantener a su familia y ofrecerle lo más básico: Casa, vestido y alimento. El trabajo del hombre lo dignifica y hace posible que se sienta satisfecho de sí mismo, sin importarle el esfuerzo y sacrificio que para lograrlo tenga que hacer. Es su realización como persona.

       En palabras de Max Scheler:

“En la Historia de más de diez mil años somos nosotros la primera época en la que el hombre se ha convertido para sí mismo en radical y universalmente en un ser problematico: el hombre ya no sabe lo que lo es y se da cuenta de que no lo sabe”

Claro que, lo cierto es que no lo hemos sabido nunca y, en algunos momentos de lucides hemos podido tener algún atisbo de “conocernos” pero, como la ráfaga efímera de luz que viaja por el espacio, tan rápido como vienen se van, esos pensamientos que no podemos retener para poder conquistar esa sabiduría necesaria que nos lleve a comprender quiénes somos y hacia donde vamos, toda vez que, de dónde venimos… ¡Tenemos una buena idea!

El hombre hace ya mucho tiempo que se planteó la pregunta sobre el sentido de la Vida. Civilizaciones muu antiguas Sumerios, Babilónicos, Egipcios, Hindúes, Chinos, Persas, Griegos y otros que llegaron después ya tenían inplantada en sus Sociedades una amplia escuela filosófica en la que esa pregunta: ¡El Sentido de la Vida!, siempre estuvo presente y todos los grandes pensadores la quisieraon responder sin lograrlo… ¡del todo!

La Sociedad Científico-Técnica que tenemos hoy, está llena de ambigüedades debido a que el Ser Humano no ha podido alcanzar -todavía- ese nivel de conocimiento que sería necesario para dominar todos los sercretos de la Naturaleza. El Universo es muy grande y vasto en su propia concepción, no podemos llegar a sus límites y, de la misma manera, estamos confinados en un pequño mundo desde el que tratamos de saber lo que pueda haber más allá y, para ello, nos valemos de “sentidos” artificiales” como microsopios y telescopios que nos hablen de lo pequeño y de lo grande pero, seguimos muy retrasados en el conocimiento mayor: ¡Nosotros mismos! Y, la Cienda que camina muy poco a poco, por el momento no nos ha podido decir ni quiénes somos ni hacia donde vamos.

¡Tenemos tántas caras! ¡Son tántos nuestros pensamientos! ¡Somos tan inseguros! ¿Sabemos tan poco!

Si bien la crisis de Identidad aparece con más fuerza y presencia durante la adolescencia, resurge también en distintos momentos de la vida de un individuo. La inestabilidad emocional que acompaña este momento vital, es una de sus principales características. Quizás por cuestiones que quedaron pendientes en la infancia o en la etapa puberal o que se presentaron difusas a lo largo de la vida, la construcción de un Yo débil y sin raíces, provoca la imposibilidad de crear relaciones sanas y positivas para el individuo. Sin embargo, dicha crisis identitaria puede tener su origen también en situaciones como la que hoy estamos viviendo en la que, el hombre, llega a dudar de sí mismo al verse abocado a una situación límite en la que, impotente, contempla como su vida de desmorona a su alredor.

Muchos son los padres frustrados que ven como el tiempo pasa y ellos, nada pueden remedirar para mejorar el futuro de sus hijos.

emilio silvera

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 5 de abril del 2014 a las 6:19

    Si repasamos el transcurrir del Universo desde el comienzo del Tiempo, desde lo que creemos que sabemos, y, si el Big Bang existió alguna vez, lo que podemos constatar es que la materia fue evolucionando a medida que el espacio se expandía más y más. Primero de manera muy sencilla como el simple hidrógeno y el helio que, ayudados por la gravedad y formando grandes turbulencias y aglomerados de aquella materia primera, pudieron hacer posible el surgir de las estrellas.
    Más tarde se formaron estructuras mucho más grandes como las galaxias. Sin embargo, en ésta historia que nos concierne tan directamente y para poder contestar las preguntas que arriba, en el título del trabajo se hacen:

    “Qué hacemos aquí? y ¿Por qué nos comportamos así”?

    Podríamos decir que hacemos lo que podemos y lo que nos deja hacer la Naturaleza, toda vez que ella nos trajo y ella se nos llevará. Valiéndose de las e estrellas, el Universo, a lo largo de miles de millones de años, ha ido creando los elementos esenciales para la vida que, colocados por Azar en éste (y en otros) mundo situado en la zona que le permitió tener agua corriente y cantarina por regajos, ríos, lagos y al fin grandes mares y océanos que, pudo facilitar las condiciones necesarias para el surgir de aquel protoplasma vivo que hizo surgir a seres unicelelares primeros y otros más complejos después.
    Aquella evolución, como el Tiempo mismo, nunca dejó de evolucionar y pudo llegar al máximo nivel que la materia ha podido alcanzar nunca en su cambiante destino universal, a partir de materia inerte, se llegó hasta los pensamientos, es decir, a que seres como nosotros, alcanzaran la consciencia de Ser.
    Lo que aquí hacemos bien a la vista está, y, el mundo, no es como nos gustaría que fuese. Sin embargo y por encima de todo, hay algo que prevalece en el gran maremagnum que siempre fue la Sociedad Humana: La familia y los sentimientos, esa ternura por los hijos, por el Ser Amado que conforman pequeños núcleos independientes dentro de una Sociedad que, se comporta, bajo los ancestrales instintos animales del pasado que, nunca nos dejaron y prevalencen aunque los queramos ocultar.
    Seguramente, sin esos institntos, no habríamos podido llegar hasta el momento presente, toda vez que, cuando nos vemos acosados y en situaciones difíciles, es ese instinto animal y de lucha por defender nuestra parcela, el que nos hace seguir adelante sin que nada lo pueda impedir. Sí, poco a poco, ese proceso de Humanización sigue y avanza y, cada día que pasa -por decirlo de alguna manera- somos más Humanos que el anterior.
    Seres surgidos en medio de una Naruraleza benigna pero hostíl, de la que se puede disfrutar y de la que hay que defenderse, dejados a su “libre elbedrío” y con un único medio de defensa: ¡Su Imaginación! A partir de ella, y, conforme las distintas situaciones lo exigían, fuímos inventa herramientas primero para cazar y defendernos de los peligros y, mucho más tarde, para producir y fabricar, para localizar las cosas situadas muy lejos y otras escondidas en lo más profundo de la pequeñez cuántica de los átomos.
    De esa manera llegamos aquí y de esa manera nos comportamos dentro de lo que (nuestro egoismo), nuestra ignorancia e instinto de conservación nos ha dictado siempre y que nunca ha estado al lado del prójimo, sino que, ha seguido prevaleciendo (aunque lo hemos querido tapar de mil maneras), el YO primero y todo lo demás después.
    Pocas veces, en contadas ocasiones, hemos sentido el dolor ageno como propio y, mientras que ese sentimiento no sea general… ¿Animales seguiremos siendo!
    Ese es, el comportamiento Humano y lo que hacemos aquí, como antes digo, es… ¡Lo que podemos hacer! No porque no pudiéramos hacer mucho más, sino que porque nuestra ignorancia y nuestros egoismos personales, tienen confinadas nuestras mentes dentro de un ridículo pequeño ámbito que no alcanza a ver, mucho más allá de sus propias narices.
    ¡La Humanidad! ¡Le queda tánto camino por delante para ganarse el derecho de ese nombre!


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    • 1.1
      magointerior33
      el 5 de abril del 2014 a las 10:47

      Buenos dias…(Porque nos comportamos asi?…creo que es parte de la evolucion,me explico;

      El ser humano necesita de la experiencia vivencia para establecer nuevas rutas neuronales(recuerdo-experiencia).
      Si solo se le da informacion,solo se queda en el area intelectual…pues el humano necesita la interpretacion de distintos papeles y escenografias para asi adquirir experiencia es decir ser la experiencia del experimentador!!…que ocurre que la misma dualidad egerce su funcion….para que?? simple…para poder darle el (giro) dar (conciencia) y ello te lleva a evotalucionar!!!…nada es lo primero que haces….es lo que el (giro) conciencia  te a dado a (comprender) asi se evoluciona.

      Que hacemos aqui? uuff menuda preguntita!!!….creo que el (origen) que es el todo y la nada a la vez….para adquirir experiencia…creo la naturaleza.. y desde hay todo se dio…..nosotros somos el (todo) ya que somos la (intencion) (impulso)..(pensamiento) (mente) de la misma coescistencia..del mismo (origen) somos una aplitud de probabilidades de infinitas posibilidades de un echo…(causal).

      Un saludo un  sabado de un sol explendido.

      Responder
  2. 2
    Emilio Silvera
    el 5 de abril del 2014 a las 12:03

    Buenos días amigo.

     

    Esas mismas preguntas trascendentes se las plantearon los grandes filósofos de la Historia y, no han podido contestarlas a plena satisfacción, sobre todo, de ellos mismos. El problema está, como decía el sabio, como somos parte del probelma que tratamos de desvelar.

    ¿Quién puede decir de dónde venimos, qué hacemos aquí, o, hacia dónde vamos? El porvenir es incierto.

    Un feliz fin de semana.

    Responder
    • 2.1
      magointerior33
      el 6 de abril del 2014 a las 12:49

      buenos dias amigo emilio el tiempo —universal— tiene un modo diferente de medición
      del tiempo. Es medido en Manvantaras(sánscrita) que constan de
      muchos millones de años terrenales.
      ¿Qué parte del universo abarca un Manvantara? ¿Quién
      lo sabe, salvo Él? Esto para nosotros es de ninguna
      importancia.
      Manvantara es un ciclo de desarrollo que consta de la
      fase «manifestada» y la fase «no manifestada». La primera
      empieza con la «creación del mundo» y termina con el «fin
      del mundo». Durante la segunda fase, no existe la Creación,
      sino sólo el Creador y el «material de construcción» para las
      nuevas Creaciones.
      Al comienzo de cada ciclo mencionado, Él crea

      gradualmente (materializa) un sustrato denso o, en otras
      palabras, la materia de los planetas. Después minúsculas
      partículas de energía «se siembran» en algunos de estos
      planetas. Estas partículas empiezan a evolucionar
      encarnándose en cuerpos materiales de los minerales, luego
      en cuerpos materiales de las plantas, de los animales y de
      los humanos. Así estas partículas deben desarrollarse hasta
      tal grado de perfección que pueden unirse con el Creador
      enriqueciéndolo consigo mismas. Él dirige el proceso de su
      desarrollo dándoles cierto grado de libre albedrío, es decir,
      la posibilidad de tomar decisiones pequeñas y grandes en
      las situaciones educativas creadas por Él, la posibilidad de
      escoger su propio camino. De hecho, nosotros tenemos la
      posibilidad de escoger el camino de la Evolución o de la
      involución.

      Un saludo una simple reflexion sancrita

      Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 7 de abril del 2014 a las 5:23

    ¡Interesante! Nunca te acostarás sin aprender alguna cosa nueva.
    Saludos cordiales.

    Responder
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