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¡Nuestra curiosidad! ¿Nos pasará lo que le pasó al gato?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en De lo pequeño a lo grande    ~    Comentarios Comments (3)

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Hemos llegado a poder discernir la relación directa que vincula el tamaño, la energía de unión y la edad de las estructuras fundamentales de la Naturaleza. Ahora, hemos llegado a comprender muchas de las cosas que, hasta bien poco tiempo, eran auténticos secretos que, el Universo, celosamente se guardaba, y, esa comprensión, nos llevará más lejos y nos permitirá realizar un largo camino hacia el corazón mismo de la materia, donde según parece, pueden resider infinitesimales objetos más pequeños que los Quarks, en esa distancia inalcanzable ahora que hemos llamado, el Límite de Planck.

Una molécula es mayor y más fácil de desmembrar que un átomo; lo mismo podemos decir de un átomo respecto al núcleo atómico, y de un núcleo con respecto a los quarks que contiene. Sion embargo, nos queda la duda de: ¿qué podrá haber más allá de los Quarks?

¿estructura fundamental?… (¿)

La cosmología sugiere que esta relación resulta del curso de la historia cósmica, que los quarks se unieron primero, en la energía extrema del big bang original, y que a medida que el Universo se expandió, los protones y neutrones compuestos de quarks se unieron para formar núcleos de átomos, los cuales, cargados positivamente, atrajeron a los electrones cargados con electricidad negativa estableciéndose así como átomos completos, que al unirse formaron moléculas.

                                 Molécula H2O

Si es así, cuanto más íntimamente examinemos la Naturaleza, tanto más lejos hacia atrás vamos en el tiempo. Alguna vez he puesto el ejemplo de mirar algo que no es familiar, el dorso de la mano, por ejemplo, e imaginemos que podemos observarlo con cualquier aumento deseado.

Con un aumento relativamente pequeño, podemos ver las células de la piel, cada una con un aspecto tan grande y complejo como una ciudad, y con sus límites delineados por la pared celular. Si elevamos el aumento, veremos dentro de la célula una maraña de ribosomas serpenteando y mitocondrias ondulantes, lisosomas esféricos y centríolos, cuyos alrededores están llenos de complejos órganos dedicados a las funciones respiratorias, sanitarias y de producción de energía que mantienen a la célula.

Ya ahí tenemos pruebas de historia. Aunque esta célula particular solo tiene unos pocos años de antigüedad, su arquitectura se remonta a más de mil millones de años, a la época en que aparecieron en la Tierra las células eucariota o eucarióticas como la que hemos examinado.

Para determinar dónde obtuvo la célula es esquema que le indicó como formarse, pasemos al núcleo y contemplemos los delgados contornos de las macromoléculas de ADN segregadas dentro de sus genes. Cada una contiene una rica información genética acumulada en el curso de unos cuatro mil millones de años de evolución.

Macromolécula

Almacenado en un alfabeto de nucleótidos de cuatro “letras”- hecho de moléculas de azúcar y fosfatos, y llenos de signos de puntuación, reiteraciones para precaver contra el error, y cosas superfluas acumuladas en los callejones sin salida de la historia evolutiva-, su mensaje dice exactamente cómo hacer un ser humano, desde la piel y los huesos hasta las células cerebrales.

célula cerebral

Si elevamos más el aumento veremos que la molécula de ADN está compuesta de muchos átomos, con sus capas electrónicas externas entrelazadas y festoneadas en una milagrosa variedad de formas, desde relojes de arena hasta espirales ascendentes como largos muelles y elipses grandes como escudos y fibras delgadas como puros. Algunos de esos electrones son recién llegados, recientemente arrancados átomos vecinos; otros se incorporaron junto a sus núcleos atómicos hace más de cinco mil millones de años, en la nebulosa de la cual se formó la Tierra.

           Molécula de ADN

Si elevamos el aumento cien mil veces, el núcleo de un átomo de carbono se hinchará hasta llenar el campo de visión. Tales núcleos átomos se formaron dentro de una estrella que estalló mucho antes de que naciera el Sol. Si podemos aumentar aún más, veremos los tríos de quarks que constituyen protones y neutrones.

                                   Átomo de Carbono

Los quarks han estado unidos desde que el Universo sólo tenía unos pocos segundos de edad. Una vez que fueron eliminados los antiquarks, se unieron en tripletes para formar protones y neutrones que, al formar un núcleo cargado positivamente, atrayeron a los electrones que dieron lugar a formar los átomos que más tarde, conformaron la materia que podemos ver en nuestro unioverso.

Al llegar a escalas cada vez menores, también hemos entrado en ámbitos de energías de unión cada vez mayores. Un átomo puede ser desposeído de su electrón aplicando sólo unos miles de electrón-voltios de energía. Sin embargo, para dispersar los nucleones que forman el núcleo atómico se requieren varios millones de electrón-voltios, y para liberar los quarks que constituyen cada nucleón se necesitaría cientos de veces más energía aún.

Los Quarks dentro del núcleo están sometidos a la Interacción fuerte, es decir, la más potente de las cuatro fuerzas fundamentales del Universo, la que mantiene a los Quarks confinados dentro del núcleo atómico por medio de los Gluones.

Introduciendo el eje de la historia, esta relación da testimonio del pasado de las partículas: las estructuras más pequeñas, más fundamentales están ligadas por niveles de energía mayores porque las estructuras mismas fueron forjadas en el calor del big bang.

Esto implica que los aceleradores de partículas, como los telescopios, funcionen como máquinas del tiempo. Un telescopio penetra en el pasado en virtud del tiempo que tarda la luz en desplazarse entre las estrellas; un acelerador recrea, aunque sea fugazmente, las condiciones que prevalecían en el Universo primitivo.

El acelerador de 200 kev diseñado en los años veinte por Cockroft y Walton reproducía algunos de los sucesos que ocurrieron alrededor de un día después del comienzo del big bang.

foto

Aquel acelerador nada tenía que ver con el LHC de ahora, casi un siglo los separa

Los aceleradores construidos en los años cuarenta y cincuenta llegaron hasta la marca de un segundo. El Tevatrón del Fermilab llevó el límite a menos de una milmillonésima de segundo después del comienzo del Tiempo. El nuevo supercolisionador superconductor proporcionara un atisbo del medio cósmico cuando el Universo tenía menos de una billonésima de segundo de edad.

El Tevatrón del Fermilab ya estaba en el camino de la modernidad en los avances de la Física

Esta es una edad bastante temprana: una diez billonésima de segundo es menos que un pestañeo con los párpados en toda la historia humana registrada. A pesar de ello, extrañamente, la investigación de la evolución del Universo recién nacido indica que ocurrieron muchas cosas aún antes, durante la primera ínfima fracción de un segundo.

Todos los teóricos han tratado de elaborar una explicación coherente de los primeros momentos de la historia cósmica. Por supuesto, sus ideas fueron esquemáticas e incompletas, muchas de sus conjeturas, sin duda, se juzgaran deformadas o sencillamente erróneas, pero constituyeron una crónica mucho más aclaradora del Universo primitivo que la que teníamos antes.

                                    Recreación del Universo primitivo

 Bueno amigos, el trabajo era algo más extenso y entrábamos a explicar otros aspectos y parámetros implicados en todo este complejo laberinto que abarca desde lo muy grande hasta la muy pequeño, esos dos mundos que, no por ser tan dispares, resultan ser antagónicos, porque el uno sin el otro no podría exisitir. Otro día (quedan muchos por delante en este año que comienza), seguiremos abundando en el tema apasionante  que aquí tratamos.

emilio silvera

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 4 de enero del 2013 a las 8:34

    Bueno, es difícil saber si nos pasará, llevados por la curiosidad, lo mismo que le pasó al gato (la cuirisidad mató al gato). El dicho está referido a la innegable curiosidad que tiene ese felino por todo lo que se mueve y, muchas veces, no duda en acercarse a lo que llama su atención aún poniendo en riesgo su propia vida.
    Lo cierto es que, nosotros, como el gato, sentimos curiosidad por todo y también, de alguna manera, por saber nos hemos jugado la vida (Madame Curie es el mejor ejemplo). Nada nos puede parar y, aunque los conocimientos que vamos adquiriendo nos posibilitan para preservarnos de ciertos peligros latentes en las investigaciones, no siempre es así y, a pesar de ello…¡ahí estamos insistiendo en querer saber y descubrir! Creo que es el sino del ser humano.
    Si ahora mismo se pidieran voluntarios para un viaje tripulado al planeta Marte, y, dándo a todos los aspirantes una larga lista de los riesgos reales a los que tendrían que enfrentarse con riesgo d ela propia vida, a pesar de ello digo, las listas en el todo el mundo serían descomunales.
    Si no sintiéramos curiosidad por saber… ¿qué pintamos aquí?
     

    Responder
  2. 2
    Sergio
    el 6 de enero del 2013 a las 2:25

    “Una molécula es mayor y más fácil de desmembrar que un átomo; lo mismo podemos decir de un átomo respecto al núcleo atómico, y de un núcleo con respecto a los Quarks que contiene. Sion embargo, nos queda la duda de: ¿qué podrá haber más allá de los Quarks?”

    Disculpe la ignorancia pero leí en una revista o algo similar que existian unas minusculas particulas que eran mas pequeñas que los quarks, en escala si el nucleo de un atomo de Hidrogeno fuera del tamaño del universo conocido hasta ahora esas particulas en forma de cuerda serian del tamaño de un arbol, no se si sea cierto puesto a que no se si la revista tenia fuentes confiables,  ¿que conoce al respecto?

    Responder
    • 2.1
      Emilio Silvera
      el 6 de enero del 2013 a las 9:37

      Amigo Sergio, al respecto todos los que aquí entramos de manera asifua, lo conocdmos todo. Es decir, conocemos que esas son hipótesis que los cientñificos están barajando y que podrían ser, incluso no llegan a tener (aunque lasa denominen así), la categoría de Teoría, ya que, no se ha llegado a demostrar la existencia de esas cuerdas vibrantes que estárían más allá del Límite de Planck.

      De momento, de los componentes de la materia, los más pequeños que conocemos son los Quarks y los Leptones que, al juntarse, los primeros forman a los nucleaones, es decir, protones y netrones que conforman el nñucleo del átomo y, los electrones que, al rodear ese núcleo, conforma el átomo en sí que juntos forman moléculas y éstas la materia.

      Habrá que esperar otras tecnológias que nos permitan ir, un poco más allá de lo que lo hace ahora el LHC que, de todas las maneras, nos lleva bastante lejos en ese “universo” de lo muy pequño.

      Saludos.

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